El 1 de junio fue el día más especial en la vida de Rubén y Arancha. Vicálvaro era el escenario, el barrio madrileño que ha visto cómo estos jóvenes han ido consolidando su amor durante los últimos años. En un día tan importante, los nervios y las emociones afloran, y la familia y amigos son quienes viven más de cerca con ilusión esos instantes.
Las casas de los padres suelen ser el lugar ideal para los preparativos previos al enlace. Un ir y venir de personas, vistiéndose, desvistiéndose, maquillaje por aquí, tocados por allí, ayúdame con el nudo de la corbata, ciérrame la cremallera que no llego... y todo en un ambiente de felicidad y, como es normal, un poco de tensión y alteración por lo que van a vivir en unas horas.
Estas fotografías muestran cómo fueron esos instantes.
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