¡Buenas noches! Hoy os traigo al blog uno de los reportajes de amor inéditos que realicé el pasado verano en Nueva York. Aquellos días en La Gran Manzana dieron para mucho; pude disfrutar de la ciudad desde un prisma diferente. Recorrí sus calles a través de la mirada de parejas que viven y trabajan allí, gracias a las cuales conocí barrios y rincones con un encanto especial. Almudena y Adrián son una de esas parejas. Junto a ellos paseé por Meatpacking District, un barrio en auge gracias a los locales y restaurantes de moda que se están abriendo por la zona. Tal y como su nombre indica, Meatpacking era antiguamente el distrito donde se centralizaban los mataderos de la ciudad. Su estilo arquitectónico mantiene aun ese aire industrial que tanto nos gusta a muchos. Como suele pasar en otras ciudades, con los años este distrito ha ido poblándose por locales (en un principio no era una zona muy recomendable, pero con el tiempo consiguieron hacerle un lavado de cara y ha acabado convirtiéndose en el destino preferido para muchos neoyorkinos que quieren tomarse unas copas o degustar su variada oferta culinaria). Situado junto a Greenwich Village (uno de mis barrios preferidos sin lugar a dudas) y al río Hudson, Meatpacking nos sirvió de escenario para gran parte del reportaje. Sus tonos ocres me volvieron loca y ¡no podía dejar de hacer fotos a los edificios! Recorrimos sus calles, descubrimos mercados (¡uno de ellos además era un bar vasco! "Donostia". ¡Como no sacarlo en el reportaje! :)), cruzamos el Highline (un parque urbano elevado construido sobre una antigua línea de ferrocarril)... Les hice caminar, reír, abrazarse, bailar, besarse muuucho... Había que aprovechar, ¡cada rincón podía perfectamente ser el escenario de una película!
Desde aquí me gustaría volver a daros las gracias Almudena y a Adrián por hacer tan bien de Cicerone. Espero volver pronto a ese sueño de ciudad y que me sigáis mostrando sus calles a través de vuestros ojos.
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