Cuando conocí a Jesús y a Paloma, enseguida percibí que eran personas muy discretas, y que no querían una boda demasiado ostentosa ni recargada. El lugar elegido fue la preciosa finca La Chopera, en Villaviciosa de Odón. Nos enamoramos perdidamente de la habitación en la que se cambió la novia; esa luz mágica, los muebles... Y luego llegó la ceremonia. Pocas veces hemos podido ser testigos de un momento tan emotivo como el vivido en esa ceremonia. Mónica y Virginia, las hermanas de Paloma, consiguieron que hasta una servidora soltara alguna lágrima mientras trataba de retratar esos momentos tan intensos. Después le tocaría el turno a la cena y la posterior celebración, que también tuvimos la suerte de disfrutar como si fueramos parte de la familia. Una boda acogedora, cercana y muy divertida. Gracias Jesús, gracias Paloma, os deseamos toda la felicidad del mundo.
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